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ADELANTO BOLETÍN#3 | 26 de septiembre de 2011

Agroecólogas en la academia

Resumen ponencia “Agroecólogas en la academia” presentada por Helda Morales* en la mesa Contribuciones de las mujeres al avance y consolidación de la Agroecología, que se realizó como parte de las actividades del Tercer Congreso Latinoamericano de Agroecología, el día 17 de agosto del año en curso, en Oaxtepec, Morelos.

Por Helda Morales Investigadora Titular, Departamento de Agroecología, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México

Como personas involucradas en la Agroecología, sabemos que los sistemas son resilientes cuando son diversos, pero tengo la impresión que aún no buscamos plenamente aumentar la diversidad en el diseño de nuestros departamentos y nuestras instituciones. Para tener instituciones resilientes debemos de contar con la participación de grupos que han sido subrepresentados y hasta discriminados tradicionalmente.

Estudios científicos recientes muestran que un grupo de personas encuentran mejores soluciones que las propuestas por personas brillantes trabajando solas. Además las mejores decisiones grupales son las que aprovechan las cualidades que nos hacen a cada uno únicos. La diversidad humana, como bien sabemos de nuestros estudios en parcelas agrícolas, rinde mejores resultados también en la academia.

¿Están los departamentos de Agroecología de nuestras universidades trabajando activamente para aprovechar esa diversidad? ¿Lo están haciendo las revistas donde publicamos nuestros resultados de investigación? ¿Lo está haciendo nuestra sociedad?

Una búsqueda que realicé la semana pasada en el ISI Web of Science bajo el término “agroecol*” del 2011-2006 revela que el número de artículos con mujeres como primera autora es del 33%. Las revistas propiamente de agroecología en español (Revista Agroecología de Murcia, MIPA del CATIE y LEISA), muestran una tendencia similar. ¿Será que las mujeres agroecólogas somos menos productivas que los colegas hombres? No tengo datos sobre ello, pero valdría la pena investigarlo. ¿O será nada más que las que participamos en la investigación somos menos?

En promedio, 26% del profesorado en programas de Agroecología o similares son mujeres, aunque hay algunos programas donde no hay ninguna profesora. Según esos datos entonces, las diferencias entre el número de artículos liderados por mujeres se puede deber a que somos menos, no a que seamos menos productivas.

¿Les estaremos dando las condiciones apropiadas para brillar en la academia, para realmente aportar ese punto de vista distinto que nos hará innovar y ser resilientes?

Según una encuesta enviada la semana pasada a un pequeño grupo de profesoras agroecólogas en universidades de Argentina, México, Venezuela, Brasil, Guatemala, Cuba, España y Estados Unidos, más de la mitad manifestaron que se han sentido discriminadas en su trabajo, algunas no saben con certeza si por ser mujer, o por su grupo étnico, o por su edad, pero la gran mayoría reconoce que el hecho de ser mujer les hace desempeñar su trabajo en forma distinta a los colegas hombres.

No conozco estudios que muestren el papel de otros grupos subrepresentados en la academia, me imagino que sus condiciones y participación son mucho menores que el de las mujeres, y habría que ser un gran esfuerzo para atraerlos, no solo como deber moral, sino por la resiliencia misma de nuestra disciplina. Lo que vendrá

¿Qué debemos hacer para hacer más diversos nuestros programas de agroecología en las universidades?

Primero, el reconocer que es importante la diversidad para el crecimiento de nuestra disciplina.

Segundo, el reconocer que somos diferentes, y que eso nos da fortaleza, y que debemos de fomentar un clima institucional para que estas diferencias sean celebradas. Para esto debemos impulsar campañas de educación, entrenamiento a los comités de selección, buscar activamente el reclutamiento de personas académicas que incrementen nuestra diversidad.

El papel de las mujeres en la ciencia es cada vez más reconocido, pero aún se deben encontrar formas para ayudar a las mujeres en el trabajo y a los hombres a ser mejores padres y esposos. Es cada vez más evidente que si no incluimos el talento creativo de las mujeres y otros grupos minoritarios en la ciencia, la sociedad entera perderá una perspectiva indispensable para el desarrollo sustentable.

(Este artículo forma parte del boletín Hoja a Hoja #3 de MAELA de próxima publicación)

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